domingo, 27 de septiembre de 2009

Praha


He pasado el fin de semana en Praga. Antes q digáis que envidia o que suerte... Ha sido por motivos de trabajo y además ahora que tengo al mayor estudiando fuera es un palo salir de reuniones y perder estos días de familia. Una vez en el lugar, pues eso, uno mira de pasárselo bien. Pero llegar a Praga a medianoche sin cenar, levantarse un sábado a las 7 porque la reunión empieza a las 8 y claro no es cuestión de llegar oliendo a lechón sin lavar y tampoco sin desayunar que no estamos de Ramadán no es la mejor manera de iniciar un viaje. Para redondear la jornada y asegurarme que en lugar de envidia es pena os confirmo que el sábado entero lo pasé encerrado en un hotel discutiendo las novedades del denosumab y el domingo transfer al aeropuerto a las 12:40 así que a madrugar otra vez para ver algo de la ciudad y la verdad es que vale la pena. Ideal para ir un fin de semana sin prisas ni trabajo. A ver si me lo puedo montar y voy un día de estos con toda la troupe!
Por cierto Ratzinger también pasó el fin de semana en Praga sólo que nosotros fuimos más discretos y no salimos en la tele ;)

1 comentario:

  1. Oooooh!! Que envidia!!! Que suerte!!! Si te sirve de consuelo yo los sabados (todos) me levanto a las 8 pa trabajar y vuelvo a casa a las 22.30 y no me muevo de Barcelona!!! (juas juas) Bromas aparte, debo darte la razón, esos viajes relámpago, lejos de ser placenteros, agotan más, si cabe. En ese aspecto no te envidio.
    Un saludo, maestro.

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