miércoles, 26 de enero de 2011

Día de lesiones

Ayer fue otra clase "for dummies" con repaso de técnicas. El sensei ha recaído del maligno virus que lo alejó del Dojo la semana pasada y el sempai cuyo corte de pelo es idéntico al mío ha vuelto ha dirigir la clase. Este tipo de clases para la lechonería son bien útiles pues nos permite repasar y corregir nuestros movimientos. Lo mismo que el gi-geiko con el sempai. Ayer practiqué con varios Dan y acabé bastante contento de como me fue, pero luego el último combate lo hice con el sempai y allí me di cuenta de todo lo que hacía mal y he de corregir. Largo es el camino!
En la clase también tuve un pequeño percance, ya va siendo costumbre. Uno de los practicantes de la fila de mi derecha, en un alarde de brio impacto su shinai volador en mi hombro a tracción. No fue una Menlleja o un coDote. No, fue un golpe sin nombre. Lo estudiaré con detenimiento y animo a los lechones a que expongan sus sugerencias.
Luego, ya en el vestuario estuvimos charlando con un otegai que también practica kiudo cuando tiene ocasión. Comentamos lo complejo que es a veces compaginar la vida familiar con este tipo de actividades que llegan a ser bien absorbentes y que a veces cuesta de entender que vayamos todo un fin de semana a practicar y llegamos a la conclusión como en las novelas sobre la vida de Musashi que la vida del guerrero es difícil.

3 comentarios:

  1. nadie dijo que el camino del guerrero sea fácil... los golpes de dentro son los que más duelen, tampoco nadie dijo que sea imposible... porque sino, no habrían guerreros por ningún sitio
    en fin
    sana sana mi buen amigo
    besotes

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  2. Largo y duro es el camino del lechón kendoka.
    en cuanto a los "golpes voladores" yo segeixo amb les mateixes ideés d'abans (que diria la gallineta de Lluis Llach). La gente no entiende que los ji-geiko son ESTUDIO,NO COMBATE. Hoy me ha pasado lo mismo con un karateka haciendo lo que parecido en Ken-do y le he tenido que llamar la atención por que me ha dado un tsuki en las costillas de no te menees.
    En fin (suspiro!!!) lo dicho arriba mestre Pitecus.

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